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80 años de Asamblea de la Av. Principal del Cementerio. Caracas

El glorioso mensaje del Evangelio, llegó a Venezuela de parte de las asambleas de Inglaterra, a finales del siglo XIX. El predicador inglés Carlos Bright llegó a Caracas en 1889 con su tratado evangelístico "La Antigua Fe”. 

Parte de los primeros misioneros no perseveraron en el país, debido a que Venezuela era un campo difícil, la iglesia católica romana había tenido el país sumido en las tinieblas, el país estaba empobrecido, hundido en el atraso, abundaban las enfermedades y los conflictos políticos internos. En 1914 llega a Venezuela un instrumento de Dios, don Guillermo Williams, hombre esforzado y valiente, conocedor de la Palabra de Dios, quien perseveró en llevar a cabo la obra en esta nación de Suramérica, donde Dios le había enviado.

En el sur de Caracas, en la Urbanización El Cementerio, en 1934, llegó la luz del Evangelio, un grupo de hermanos provenientes de los estados Yaracuy y Carabobo, comenzaron a reunirse en sus casas predicando el evangelio, orando y estudiando la Biblia. Estos cultos se realizaban principalmente en la casa del hermano Juan Ascanio en la Calle Santa Eduvigis. Ellos recibían la visita de Don León Almérida y una de las primeras creyentes de estos cultos de predicación fue Eloísa Velásquez (ya fallecida en Valencia). 

En 1936 Don Guillermo Williams (en la foto) visitó un culto de estudio en la casa de Don Juan y quedó encantado. Allí comenzó a conocer a los hermanos, uno de éstos era Don Rafael García, quien había conocido a Cristo en una iglesia denominacional, pero que se dio cuenta que necesitaba también de una doctrina basada fielmente en las Escrituras. En 1935 Don Rafael fue convidado a casa del hermano Ascanio y le agradó mucho la reunión y perseveró asistiendo. Después él y su esposa fueron bautizados en Valencia. 

EN LOS SAMANES SE ESTABLECE LA ASAMBLEA

En 1936, los hermanos consiguieron un salón alquilado en la CALLE LOS SAMANES, donde el Señor les bendijo con muchas almas salvadas. Pero el enemigo no estaba contento, y había también mucha persecución. Algunos inconversos dibujaban caricaturas en las paredes, las puertas eran ensuciadas con excrementos y echaban animales muertos dentro del local. Pero el Señor fortalecía a los creyentes y les daba confianza. 

El 11 de enero de 1937, el cielo se llenó de gozo, Don José Naranjo, llegó finalmente a los pies del Señor después de escuchar un mensaje de Don Eduardo Fairfield. Doña Carmen, la esposa de Don José se burló de él cuando este se arrodilló con Don Eduardo para confesar el nombre del Señor Jesucristo, pero tres meses después ella recibió al Salvador. También esa misma noche, creyó Eliana (quien años después se casó con Don Rafael Coronel), hija de Don Rafael García.  Y otra de las creyentes fue la Sra. Corina de Peña, ella comenzó a asistir a los cultos acompañada de su esposo Don Luis Peña, quien abriría también su corazón al Señor Jesucristo en noviembre de 1937.

Así estos creyentes se sumaron a los ya presentes:  Familia Ascanio (Juan y Eugenia), Horacio Hernández, Higinio Vegas, Esposos Chirinos (Eliseo y Tomasa), Rafael García Medina, Lucila García M., Santiago González y Rosa de González, entre otros.

Meses después, alquilando un salón en la Calle Los Totumos se llevó a cabo el Matrimonio de la Srta. Lucila García con el Hno. Antonio Medina (Esa fue Primera Boda entre creyentes que se realizaba en la Urbanización El Cementerio). Eran tiempos de la Dictadura y había cierta persecución del Evangelio, cuando la novia pasó le lanzaron tierra. 

También se llegaron a efectuar bautismos de los primeros creyentes (año 1938); éstos se realizaron en el Río Caurimare de Petare (al este de Caracas), entre los bautizados se encontraban: Eliodora Medina de García, Eliana García M., Ana T. García M., Pastora de Corrales y Próspero Colina (este último había llegado de Tocópero - Edo. Falcón). Así vemos como la Asamblea fue creciendo, cuando llegaron de Aroa la familia Torrealba (Obdulio y Antonia) y de Sanchón (Puerto Cabello) llegó el Hermano Juan Hernández y su esposa, él ya era creyente, y ella se convirtió tiempo después

Ya había un buen grupo de hermanos y hermanas bautizados, y se formó la nueva asamblea el 24 de julio de 1938, celebrándose la Cena del Señor por primera vez....

En junio de 1939, se celebraron cultos especiales con Don Eduardo Fairfield acompañado por Don Santiago Saword y Don Teodoro Acosta, Después de estas bendiciones, vino una prueba para la asamblea. Los primeros ancianos no dieron resultado, y los siervos del Señor después de haber orado animaron a dos jóvenes: Don José Naranjo y Don Luis Peña. Estos tendrían la responsabilidad de ser sobreveedores de la joven asamblea. Con el pasar de los años se mostró la gran calidad de estos hombres de Dios.

TIEMPOS DE AVIVAMIENTO

En la década de los 40' el Señor bendijo la asamblea con muchos creyentes, entre ellos recordamos a algunos que tiempo después fueron llamados a servir al Señor a tiempo completo: Marino Castillo, un joven mirandino, quien cree al Señor en 1944 y demuestra su fe, al perseverar a pesar de ser echado de su casa. Y cuatro años después, en 1948 una joven pareja, Hildebrando y Rosa, se acercan al Local de la Av. El Cementerio y Don José Naranjo los recibe y los lleva a los pies de Cristo.

En 1945, Don José Naranjo (en la foto) es encomendado a la Obra del Señor y el evangelio se expande más en la ciudad de Caracas y sus alrededores. Los hermanos de la asamblea de la Av. El Cementerio acompañan a Don José y ayudan es el establecimiento de nuevas asambleas en la ciudad de Caracas y sus alrededores.

En la década de los 60 y 70, las bendiciones siguieron, fueron encomendados a la obra del Señor Don Hildebrando Gil y sus esposa Rosa (en el año 1960)  y Don Marino Castillo y su esposa Carmen (en 1966) este último matrimonio se estableció en el Estado Bolívar, sur del país... y en 1987 Don Emisael y su esposa Damaris, tambièn son encomedados  a la Obra.  

Al llegar la asamblea a 80 años, decimos:

“Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios”. (Salmos 103:1)

 

Tomado de "80 years of the Assembly of the Main Avenue of the Cemetery" 

Carlos Sequera                                    

Las asambleas que se congregan sencillamente en el nombre del Señor en Venezuela no tienen un sitio o página web “oficial”.  El contenido sobre las asambleas que se puedan encontrar en diversas páginas web, como ésta (Entregando el Pan), así como en redes sociales (como facebook), queda exclusivamente bajo la responsabilidad de sus autores, creadores o editores.

 

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